Por la Dra. Miosotte Lazala, Presidente Regional Norte Colegio Médico Dominicano

En los últimos meses, hemos observado con preocupación cómo la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA) ha desviado su misión original. En lugar de actuar como un ente equilibrado que vele por los derechos de todos los actores del sistema, parece haberse enfrascado en una campaña de descrédito contra el sector médico, convirtiendo a los galenos en el blanco fácil de sus discursos.

La defensa de los afiliados es legítima y necesaria. Pero una cosa es orientar y empoderar al ciudadano, y otra muy distinta es alimentar una narrativa donde los médicos son presentados como enemigos del sistema, responsables de todas sus fallas. Este enfoque, además de injusto, es peligroso, pues mina la confianza de la población en quienes día a día luchan por su salud, muchas veces en condiciones precarias y sin el respaldo adecuado.

La DIDA debería encaminar sus esfuerzos hacia la raíz real de los problemas: las ARS que se niegan a asumir compromisos, los vacíos regulatorios, y la ausencia de una política pública que dignifique el ejercicio médico. Pero es más fácil apuntar hacia el médico, silenciar su voz y tergiversar su reclamo.

Desde el Colegio Médico Dominicano exigimos respeto. No somos el problema. Somos parte fundamental de la solución.