EFE Roma, Italia
Investigadores del Hospital Pediátrico Bambino Gèsu, del Vaticano, han descubierto el mecanismo que provoca la grave respuesta inflamatoria por COVID-19 en niños, confundida inicialmente con la enfermedad de Kawasaki, lo que abre la puerta al diagnóstico precoz con pruebas específicas y a un tratamiento.
El estudio, realizado por el Bambino Gèsu en colaboración con el Karolinska Institutet de Estocolmo, ha detectado las diferencias inmunológicas entre ambas enfermedades y sus resultados han sido ya publicados en la revista científica CELL.
Si al inicio de la pandemia de SARS-Cov2 los niños parecían ser casi inmunes a las consecuencias a del nuevo coronavirus, después se hizo evidente que algunos de los que la contraen pueden desarrollar una grave forma de inflamación sistémica, una MIS-C (Multisystem Inflammatory Syndrome in Children), que provoca una inflamación de los vasos sanguíneos y problemas cardiacos e intestinales.
Estos síntomas, similares a los de la enfermedad de Kawasaki, llevaron en un primer momento a establecer un vínculo entre dicha vasculitis y la COVID-19.
El estudio observa que ambas enfermedades alteran los niveles de citocinas (medidores de la inflamación) involucradas en la respuesta inmune, pero con algunas diferencias.
Por ejemplo, la interleucina 17a, muy aumentada en los niños con la Kawasaki, no aumentaba en los pacientes con COVID, que si desarrollaban sin embargo una alta presencia de anticuerpos.
También se observaron diferencias desde el punto de vista celular. Así, los niños con coronavirus tienen «un tipo particular de linfocitos T (subtipo de glóbulos blancos responsables de defender el cuerpo) con una función inmunológica alterada en comparación con los niños con enfermedad de Kawasaki», alteración que supone la base de la inflamación y la producción de anticuerpos contra el corazón.
Estos resultados facilitarán la detección precoz de la respuesta inflamatoria en niños con COVID-19 al hacerse una monitorización de los linfocitos T y el espectro de anticuerpos.
«Estos resultados también representan un descubrimiento importante para la elección de protocolos para el tratamiento de la inflamación sistémica relacionada con la infección por SARS-CoV2 y la enfermedad de Kawasaki de una manera más precisa y basada en la evidencia» ha explicado Paolo Palma, responsable de Inmunología Clínica y Vacunología del Hospital y del estudio.
De los resultados del estudio emerge la indicación de un tratamiento con inmunoglobulinas en dosis altas para limitar el efecto de los anticuerpos, con anakinra, y cortisona en etapas tempranas para bloquear la inflamación secundaria. Por el contrario, viene confraindicado el uso del tocilzumab y fármacos bloqueantes del TNF-a.