Ana Soteras | REDACCIÓN INTERNACIONAL/EFE Fuente: Organización Panamericana de la Salud
A pesar de que América sigue sumando 100.000 casos positivos de covid-19 al día, la gestión de la pandemia de sus gobernantes se ve lastrada por las teorías de la conspiración y la desinformación que pueden llegar a dificultar una vacunación masiva cuando haya fármacos disponibles.
Así lo considera la Organización Panamericana de la Salud (OPS) al advertir sobre el efecto que la desinformación, en especial los rumores y las teorías de la conspiración, pueden tener sobre el proceso de vacunación y respuesta en general a la pandemia del coronavirus en América.
El continente, que suma casi 19 millones de contagios y 610.000 muertos, sigue siendo el más afectado por el virus pero es en Europa donde crecen más rápido los contagios, según el informe diario de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los casos globales de covid-19 se elevan a 40,4 millones mientras que los fallecidos a nivel mundial se mantienen en 1,1 millones.
Según la OMS, Estados Unidos continúa como el territorio con más casos (8,1 millones) y fallecidos (220.000), seguido en el continente por Brasil (5,2 millones de contagios).
Tras el millón de casos de Argentina, donde la curva de contagios sigue en ascenso, se sitúan Colombia (965.000 positivos), que también podría alcanzar esa cifra en los próximos días y asciende rápidamente la curva en Perú (870.000) y México (854.000).
Teorías de la conspiración, consecuencias en América
En una conferencia de prensa, la directora de la OPS, Carissa Etienne, se refirió hoy a la “amenaza” de la desinformación, y anticipó que la organización que lidera solo apoyará la distribución de una vacuna que haya demostrado ser “segura y eficaz” en los ensayos clínicos.
“La desinformación es una grave amenaza para la salud de nuestra región. Los rumores insidiosos y las teorías de conspiración pueden interrumpir los esfuerzos de vacunación y poner en peligro nuestra respuesta a la covid-19, costando vidas”, señaló Etienne.
“La forma en que comuniquemos sobre las vacunas de la covid-19 fortalecerá o quebrará nuestra capacidad para controlar la pandemia”, admitió la experta, quien subrayó la “atención sin precedentes” que ha despertado el desarrollo de una futura vacuna.
Bolsonaro y la obligatoriedad de la vacuna
De hecho, en Brasil se está librando una batalla política sobre la obligatoriedad de administrar la vacuna de la covid-19 cuando exista, con los grupos contrarios y negacionistas en el bando del presidente, Jair Bolsonaro, que aseguró el lunes que cuando exista un remedio contra la enfermedad su aplicación no será obligatoria en el país.
A su vez, Bolsonaro provocó otra polémica ayer al desautorizar a su ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, quien la víspera anunció que el Gobierno pretendía adquirir 46 millones de dosis de la vacuna que desarrolla el laboratorio chino Sinovac junto con el estado de Sao Paulo.
Según Bolsonaro, el Gobierno no adquirirá la “vacuna china”, de la que el estado de Sao Paulo ha comprado por adelantado 42 millones de dosis, pues todavía no se ha comprobado su eficacia.
Pese a que los movimientos antivacunas, afines al Gobierno, aún siguen siendo grupúsculos sin mucho calado, mantienen una febril actividad en las redes sociales, a las que Bolsonaro considera una especie de termómetro político.
Brasil, uno de los países más afectados por la pandemia, acumula ya 155.403 fallecidos y 5.298.772 millones de casos.
México avanzará 330 millones de dólares para la vacuna
Otros países están dando pasos a la inversa. Así, el Gobierno mexicano anunció que pagará este año un total de cerca de 7.000 millones de pesos (más de 330 millones de dólares) en anticipos para adquirir la vacuna.
Aunque todavía no está listo ningún remedio contra el nuevo coronavirus, el Gobierno de México presentó este mes un ambicioso plan de adquisición de dosis que permitiría vacunar a más de 116 millones de personas, 20 millones de ellas durante el primer trimestre de 2021.
Sin embargo, la carrera por la vacuna sufrió un revés este miércoles, ya que las autoridades sanitarias brasileñas informaron del fallecimiento de un voluntario que participaba en los ensayos de la que estudian la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, aunque no especificaron de qué forma, ni si recibió la dosis o un placebo.
Los ensayos clínicos de la potencial vacuna británica comenzaron en Brasil en junio con la idea de que participaran unas 10.000 personas y solo sufrieron una pequeña interrupción en septiembre, cuando se informó de una reacción adversa de un voluntario.
En el país también se experimentan las vacunas que desarrollan los laboratorios Johnson & Johnson y el consorcio formado por BioNTech (Alemania) y Wyeth/Pfizer (Estados Unidos), así como la fabricada por la compañía china Sinovac.
A pesar de las teorías de la conspiración y la rumorología, la pandemia sigue muy viva en el continente. Argentina, el quinto país más afectado del planeta, superó el lunes la barrera del millón de contagios, de acuerdo con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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